La siguiente antología transportará al lector directamente al campo argentino. No importa si haya vivido toda su vida allí o si es más bien un bicho de ciudad, los cuentos que conforman este libro ilustran a la perfección el color local de la ruralidad: los aromas, los colores, las suaves brisas, los sonidos típicos, los animales y los árboles. Entre tranqueras, historias de fantasmas y aparecidos, cuchilleros y pulperías viajaremos, de la mano del autor, a lo más profundo de su tierra natal. 
La intención de Ergo Kadar en estas páginas no es otra que hacernos partícipes de sus vivencias y su entorno y regalarnos un rato de distención y placer. No se considera un escritor de profesión, sino que escribe para plasmar en el papel sus pensamientos, emociones y sentimientos y para acercar los beneficios de la lectura a sus seguidores: 
 
 
“Escribir para mí no es una profesión, ni siquiera una vocación. Es una manera de estar en el mundo, de ser, no se puede hacer otra cosa. Se es escritor. Bueno o malo, ya es otra cuestión”. 
 
Ana María Matute